Lugares comunes

Los causantes de la infección.
Los causantes de la infección.

Mientras llega el momento en el que los jueces resuelvan si condenan, o no, a la hermana de Felipe VI y a su consorte, lo que vistas las diferentes opiniones con las que nos bombardean a diario, decidan lo que decidan, va a ser todo un espectáculo, podemos entretener la espera asistiendo en primera fila al cruce de acusaciones, invectivas, descalificaciones, exigencias de disculpas y veladas amenazas que se cruzan entre los que están a favor del triunvirato Iglesias-Monedero-Errejón y los que se posicionan en contra.

A menudo esta esgrima lingüística se reduce a una serie de expresiones hechas, de lugares comunes, que de tanto repetirlos empiezan a perder su sentido original. A la frase “usted cobró dinero de la dictadura venezolana”, se responde por sistema con un “yo no fui, fue la fundación”, y del mismo modo mientras algunos políticos que militan en grandes partidos se dicen que no merece la pena molestarse por millón y pico de votos con la frase “águila no caza moscas”, los otros, en clara minoría, dicen aquello de “ladran, luego cabalgamos” y un tercer grupo piensa que los del triunvirato empiezan a ser un grano en el culo.

A los que piensan que millón y pico de votos no es una cifra relevante, les pediría que reconsiderasen su postura porque en esos votos, la mayoría de ellos jóvenes, se encierra un germen de rebelión que si no se atiende puede ser una fuente de problemas graves; harían bien en recordar que “una pulga no puede detener una locomotora, pero puede volver loco al maquinista”.

A los que están convencidos de que si ladramos es porque están haciendo una labor maravillosa y, desde su punto de vista, necesaria, les diría que muchos de los ladridos que escuchan no representan ningún peligro para su minoría “progre de universitarios del postfranquismo” porque provienen de perros que guardan rebaños específicos, y que el verdadero peligro lo tienen muy cerca porque “perro viejo ladra tumbado en el suelo”.

Por último, a quienes creen que PODEMOS empieza a ser un grano en el culo, les debo una explicación más extensa y sin lugares comunes.

Resulta que a España le está empezando a salir un iluminado visionario. Los iluminados visionarios les salen a las naciones del mismo modo que a las personas les salen granos en el culo, es cierto, y afloran por las mismas razones: una mala infección que aparece en un punto específico cuando las defensas se encuentran más bajas por causa de una enfermedad más o menos grave.

Si nos está saliendo un iluminado visionario es porque el modo que tienen los políticos españoles de entender su profesión, ha ido enfermando a nuestra sociedad, minándole las defensas, hasta que, por causa de la falta de higiene y el desarrollo de la infección, ha aparecido ese grano molesto cuya forma a unos les recuerda la cara del diablo y a otros les parece reconocer la de un mesías salvador.

Nos ha salido un iluminado visionario porque, cuando la “cosa pública” está tan enmarañada, tan mezclada con la corrupción, el clientelismo, la prevaricación, los delitos fiscales y el desvío de fondos públicos, los ciudadanos dejan de confiar en sus mandatarios y, cuando estos no aportan soluciones a los problemas de la gente de a pie, aparece en las urnas lo que se ha dado en llamar “el voto de castigo”; pero la ciudadanía no se da cuenta de que los votos de castigo suelen terminar volviéndose en contra de quienes los depositaron en las urnas.

Una de las características más comunes de los iluminados visionarios es la de no ser “profesionales de la política” y no haber desempeñado nunca un cargo público por lo que, en el momento de su aparición, pueden acusar a todos de cualquier cosa porque ellos no lo han hecho, aunque sería más correcto decir que tienen las manos limpias porque todavía no han tenido la oportunidad de delinquir. Tiempo al tiempo y, cuando estos próceres de la honestidad lleven años trabajando, será la hora de saber si mantienen limpias sus manos y, sobre todo, sus bolsillos.

La pregunta es si existe una solución para la aparición de estos iluminados visionarios y la respuesta es que sí.

La medicina preventiva, la higiene política y los cuidados antes de permitir que la sociedad enferme de desencanto, manteniendo las cuentas transparentes y a los culpables de corrupción en la trena sin importar la altura de la cuna en donde los hayan parido, con una gestión honesta, un uso adecuado de los fondos públicos y, sobre todo, anteponiendo el bienestar de los ciudadanos a los intereses de la industria financiera, puede ser una buena prevención contra la aparición de iluminados visionarios.

Claro que, cuando el mal ya se ha producido y el iluminado visionario ha hecho su aparición por falta de prevención, la pregunta más generalizada es si podemos hacer algo y la respuesta también es afirmativa. El tratamiento debe ser primero de choque y después de fondo.

Para el tratamiento de choque, debemos aplicar una justicia en la que lo justo sea de sentido común, con culpables castigados y sin rastro de impunidad, un sistema económico en el que la igualdad sea para compartir la calidad de vida y no para igualarnos en la miseria y, tampoco vendría mal, una actitud menos orgullosa, menos soberbia, de quienes nos gobiernan que suelen olvidar que han llegado donde están gracias a los votos de los ciudadanos. Para el tratamiento de fondo, Transparencil, Honestidol y Justiciatín Independex. Y punto; eso no quita para que ciertos periodistas sigan engordando el grano hasta hacerlo insoportable.